prohibieron la risa, prohibieron el baile.
prohibieron los colores vistosos, el juego, el amor.
prohibieron los colores vistosos, el juego, el amor.
justo antes de esto fue el momento infame en el que secuestraron a nuestras madres i las condicionaron i estructuraron para servirles i servirles, adoctrinándolas a la sumisión i al encierro. todo esto sólo para satisfacer sus propios intereses.
no pudimos hacer nada. nada entendíamos de violencia ni de egoísmo. algunxs lograron escapar i se volvieron aún más bestias, se erigieron seres mitológicos, maravillosos i olvidados. en realidad, poco i nada sabemos de ellxs, prohibidos i sentenciados al olvido por la nueva Ley del Padre.
lxs que quedamos, la gran mayoría, fuimos, tal como nuestras madres, uniformados i domesticados. se inició la era del trabajo, i los niños salvajes debíamos de convertirnos en ciudadados funcionales a la tecnocracia, que sugería -imponía- una existencia dedicada a alimentar la codicia de algunxs pocxs, mediante la capacitación especializada i una deliciosa temporada en el infierno del estruja i aprieta.
se nos convenció de muchas cosas, i mucho tiempo pasó como para llegar realmente a creerles. de ser traviesos, juguetones e impredecibles, pasamos a ser automáticos, pálidos i angustiosos. nuestras inquietudes fueron violadas en pos de las banderas tuertas del progreso que nunca llegó i nunca ha de llegar.
todo esto fue cuidadosamente ocultado. las chicos salvajes que lograban percatarse del engaño fueron ajusticiadas según el concepto de justicia instaurado por la adultocracia. esto es: fueron silenciadxs i en muchas ocasiones se les dio caza, tortura i muerte.
pensamos que nunca saldríamos de la triste condición de chicas sentenciados a la adultez.
***
ha llegao la ONSA a buscaros, chicas perdidos. desde hoy huiremos de la personificación categorizadora de BABILON. desde hoy haremos tribu carnaval amor i caos.
ahí, dentro, más allá de las entrañas i los límites, hay algo vivo que nos llama, algo que es más fuerte que la ideología i la domesticación. hay un deseo que muerde, que grita una felicidad ilimitada e incorregible.
llegaremos a Nuncajamás, a Croatán, a Poliedra.
allí seremos nuevamente libres i salvajes,
i la vida nos sonreirá con su cara de loca,
i la existencia será bella como la abundancia misma acariciándose las piernas.
la adultocracia caerá
i nada podrá detener la carcajada ingobernable
de los Niñas Perdidos
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